Idea

Origen del proyecto

Pinturas para la vida

“Pinturas para la vida” tiene su origen en el sentimiento de tristeza que los vecinos de Antezana/Andetxa (Álava) sentían por ver cerrada su iglesia del siglo XVI, San Miguel Arcángel, tras un deterioro progresivo que la condenaba al derrumbe; la voluntad de recuperar el último resto de patrimonio histórico todavía vivo en el pueblo, tras la construcción del aeropuerto de Foronda; y el respeto a la historia y la vida de las generaciones pasadas, contenida en su legado cultural y monumental.

El pueblo se movilizó para la rehabilitación del templo, que contiene un retablo barroco del s. XVIII de grandes dimensiones muy bien conservado y una preciosa talla de la Virgen de la Armola.

Un pueblo comprometido

A finales de 2009, los vecinos y vecinas acordaron  por unanimidad iniciar las gestiones pertinentes para reparar la cubierta de San Miguel.

En julio de 2010, la Diputación Foral de Álava aprueba la propuesta de la comisión mixta Obispado de Vitoria-Diputación Foral de Álava para conservación del patrimonio histórico de la Iglesia de San Miguel de Antezana/Andetxa, con una aportación económica inicial del pueblo para la elaboración del proyecto. Las obras se iniciaron en julio de 2010 y finalizaron en diciembre de ese mismo año.

No obstante, el interior se presentaba frío, húmedo, deteriorado y poco acogedor.

Tiempo de debate

¿Qué hacer con ese espacio? ¿Por qué no soñar con una intervención artística contemporánea en la vieja iglesia que fuera una caja de resonancia de las inquietudes, gozos y sombras de la condición humana en nuestro tiempo, como lo había sido en tiempos pasados con lenguaje y simbología diferentes? ¿Por qué no devolver personalidad y singularidad a esta pequeña comunidad rural herida en su patrimonio y en su historia por la construcción del aeropuerto? ¿Por qué no un gran proyecto muralístico que aunara tradición y modernidad, en continuidad con la obra realizada en Arantzazu y otros lugares europeos?

Dicho y hecho. Se propuso la idea al pintor Xabier Egaña, artista ligado a Arantzazu y muralista experimentado, autor de los murales del Camarín de la Virgen de Arantzazu, de San Buenaventura de Mühlen y de  otras iglesias en Euskadi y Puerto Rico. Aceptó con entusiasmo el reto.

El pueblo apoyó la iniciativa y asumió el compromiso de colaborar y financiar la realización de la obra pictórica. En plena crisis económica, el pueblo apostó por invertir en arte y cultura. Así nacía “Pinturas para la vida”.

Para más información, consulta la publicación Pinturas para la vida.

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